Una tarde, bastante tarde

I

Tenes ganas,
y porque tenes ganas
todo comienza
a salir un poco mejor
(no temo a equivocarme,
mas bien temo
que vos seas
el que se equivoca)



II

Ansias de primavera,
que se aplacan
cuando el invierno
me regala
mañanas llenas de amor.




III

No es que sea necesario,
es que cuando hace frío
tengo ganas de abrazarte
todas y cada una de las noches.
Odio ponerme tan cursi
y sentimental.
De verdad.

En el centro de un invierno.

Mi cabeza parece un trompo.
Uno de esos bien ochentosos,
con luces de colores,
que prenden y apagan.
Mis ideas son casi siempre
malas ideas,
o excelentes ideas,
imposibles de ejecutar.
Lo que queda de mí
es lo que mas me preocupa.
Hice todo tipo de promesas,
que la otra que soy
no me deja cumplir.
A veces parece
que no se muy bien de que hablo,
pero al final las palabras bonitas
nos convencen que detras
de todo este delirio
hay una princesa escondida
que pide a gritos que la rescaten
de la torre que se construyó.