Thursday, March 01, 2012

Hay

hay nanas
que no se curan
ni con una dos o tres
aspirinas. 
hay nanas 
que se quedan
ahí para siempre, 
para que nunca te olvides. 

hay gente
que aparece en los mundos
para curar esas nanas
(a veces pueden,
a veces no)
pero se mantienen  firmes
en la idea, y no se van 
hasta que pares de llorar. 

hay días 
en los que me gustaría
quedarme en la cama, 
esperando el momento 
en el que todo cambie, 
que llueva, llover, 
que se inunde todo, 
así puedo empezar otra vez. 




Una tarde

Momento de tibieza, color naranja clarito, lunares rosa, etc. La paciencia convertida en espera con forma de tubo, que te chupa y no te deja volver. Catarsis y sillas y esperas. Un bosque alado me invita de picnic, pero no estoy de ánimos, seguro que de buenas a primera se larga a llover y una vez mas JB inundara Buenos Aires, y no es porque quiera, eh, es porque a veces no queda otra. Es porque hay tanto que decir, tantos idiomas, tantas palabras (aclaro que para mi las cosas tienen que ser llamadas por su nombre, y si, por ejemplo Le Petit Prince se llama Le Petit Prince, entonces no hay Principito que valga). Me gustaria ser la políglota mas glotona del barrio. - Mucho gusto, mi nombre es Roberta, soy Doctora. - Ah, que bien, yo soy JB, políglota innata. Y así, toda la perorata que sigue, puesto que cuando me pregunten por el campo laboral al que pertenezco, todos sabemos que la respuesta es "a todos y a ninguno". O mas bien, a ninguno. Pero ya que no tengo cuerpo, por momentos, y me convierto en tiempo, por momentos, aprovecho la ocasión, me preparo un sandwichito, y miro como las nubes se van flotando hacia otros mundos.