Saturday, September 29, 2012

Ansiedad

Tengo miles de cosas que escribir, pero no llego a tiempo con todas. Me encantaría escribirte poemas por todo el cuerpo, sacarles fotos, y exponerlos en toda mi casa. Todo hablaría de lo que te quiero y mas. Busco en el fondo de mi taza las palabras que hablen de tu nuevo vos, entre mi café con leche, y esta mañana que me llena de ansias. Quiero dormir con  vos. Quiero verte dormir y despertar y que estés ahí. Pero también quiero extrañarte, para que no se convierta todo en la absurda comedia de las discusiones eternas, sin final y sin razón de ser. Lo que pasa es que me paso el día hablando sola, con vos. De vos. Recordando algunos momentos que de tan lindos tuvimos que arruinarlos con otros tan feos. Busco en las palabras de otros algún tipo de paz, una especie de esperanza prefabricada, pero por mas que quiera me cuesta horrores imaginarme a mis escritores favoritos como personas de carne y hueso. Entonces no nos terminamos de entender. No puedo imaginarme a Baudelaire tomando una sopita, a Kerouac poniéndose las medias o a Nietzsche, afeitándose. Simplemente no puedo ponerlos en el plano de lo cotidiano, no puedo ponerlos en la categoría de persona que me siento, y sus palabras, por mas que sean para mi fuentes de inspiración constantes, me hacen sentir que en el fondo estamos siempre hablando de cosas distintas. Como con vos. Hablamos diferentes modos de un mismo lenguaje, y muchas veces  no nos entendemos. Por que para mi la verborragia es moneda corriente, abro una canilla de sentimientos, y ahí te quiero ver. En cambio para vos, para quien hablar de lo que le pasa es tan peligroso. Tenes miedo del poder de lo que se dice, pero yo tengo mas miedo de lo que se calla. Siempre.

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